sábado, 25 de julio de 2009

Molino de la Tañisca (Arroyo Candón)


El Molino de la Tañisca está en el Arroyo Candón. Al igual que el Río Corumbel, el Arroyo del Helechoso y el Arroyo del Caballón, el Arroyo Candón es un afluente del Río Tinto… era un afluente del Río Tinto. Todos ellos han sido víctimas de la acción interesada del hombre pues todos tienen una o dos presas en su cauce. Las consecuencias no se han hecho esperar; el verano pasado técnicos de la Junta dieron la voz de alarma. El puente romano que atraviesa el Río Tinto a la altura de Niebla se está deteriorando, los romanos lo construyeron con materiales específicos para el paso de sus aguas. La falta de aporte hídrico de sus afluentes está afectando a sus pilares. La solución puede ser una presa parecida a la del Molino del Puente construida aguas abajo.
Pero la verdadera protagonista de este Molino de la Tañisca es Ana. Ana es de Valverde del Camino, pero vive en Bellavista (Huelva). Ella es la propietaria del caserío dónde se encuentra el Molino. Amablemente accedió a mi petición cuando le dije que quería conocer y fotografiar el Molino. Ana suspiró profundamente cuando se lo nombré. El Molino había marcado su juventud y sufrió mucho cuando éste empezó a derrumbarse; hace tan solo 17 años que dejó de moler. Para no ver su debilitada estructura, Ana sembró hiedra a su alrededor intentando con ello no perderlo del todo. De pequeña ya pensaba en arreglarlo para hacerlo habitable.
El Molino tiene dos puertas y varias ventanas. No funcionaba con la corriente del arroyo, sino con el aporte de un manantial que está a su lado. Se abría una compuerta y el agua llenaba dos pozos situados uno a cada lado de la puerta superior del Molino. Por una escalera exterior se accedía a la puerta que abría la sala donde están las piedras de moler. A través de una de sus ventanas se ve parte de la estructura de madera que obraba “el milagro”.
Ahora Ana se dedica a recoger la fruta que dan sus árboles, da de comer a sus perros (que hoy estaban cazando), coge cangrejos rojos en el manantial y cuida con esmero las plantas que rodean su caserío. El Molino tiene un trato de favor. Le recorta la hiedra, le limpia la maleza, deja que se vea la puerta superior para que nadie caiga al Molino, recoge las tejas que caen de vez en cuando…
AQUÍ puedes ver más fotos.

miércoles, 22 de julio de 2009

Los Molinos del Arroyo Caballón (2ª Parte)

De los nervios estaba por encontrar lo cinco molinos que me faltaban. Por eso, ayer a las 17:00 horas, y sin saber como quedaría la etapa del Tour, cargué la bicicleta en el coche y me fui a Niebla. Allí bajé la bici, y con los zapatos de correr en el trasportín, me dirigí de nuevo al Arroyo Caballón. Catorce kilómetros de pedaleo (37º C marcaba el termómetro), cambio de calzado y esconder la bici; afronto de nuevo el cauce seco del Caballón. Tenía previsto llegar lo más arriba posible, es decir, lo más cerca de la Aldea Caballón.

Foto 1. Vuelvo al Arroyo Caballón.

Con un trote alegre dejo atrás el molino del Duende y vuelvo a pasar por el molino de la Chapa. De ahí en adelante todo era nuevo. Sabía que hasta el molino del Acebuche tendría que recorrer unos dos kilómetros y que durante ese trecho encontraría dos de los molinos (sin nombre en los mapas que tengo) que aún no conocía.

Foto 2. Molino del Zorro.
Foto 3. Molino del Zorro.
Foto 4. Molino del Zorro.
Foto 5. Molino del Zorro.
Foto 6. Desnivel en el Arroyo Caballón.
Después de algunos minutos, muchas mariposas, algunas moscas, zarzas, ciervos y perdices, bajo un poco el ritmo de carrera para estar pendiente del entorno. Tras solventar un desnivel en el arroyo, entre la maleza observo un movimiento sigiloso. Sabía que no era un ciervo. Con cuidado me fui acercando, cámara en mano, para fotografiar lo que se movía. Rápidamente desaparece de mi vista; era un zorro. En ese sitio, y al volver a retomar el cauce, los restos de un “nuevo” molino se ponen a mi alcance. Desde hoy, este será para mí el Molino del Zorro. Como el Duende y la Chapa, el Molino del Zorro está incrustado en una pared rocosa. Sólo queda del molino un pequeño muro y algunos restos de bidones y chapas oxidadas.
Foto 7. Molino de los Javalíes.
Siguiendo el cauce hacia el norte y a escasos metros del Molino del Zorro, un camino forestal hace que tenga que dar algunos saltos para volver a retomar mi ruta. Tras varias curvas muy cerradas, esta vez a la izquierda, localizo un cuarto molino (tampoco tiene nombre conocido). Es el más grande de todos, no tiene forma redondeada, y es muy parecido a los molinos del río Tinto (cuatro paredes, techo a dos aguas…) El acceso para fotografiarlo es dificultoso y las zarzas me lo hacen sentir.
Foto 8. Molino de los Javalíes.
Retomo la marcha cuando a unos cien metros una gran zarza me impide el paso. Dispuesto a sortearla, un gran estruendo me para en seco. Ante mi, a dos metros escasos, tres jabalíes salen de la maleza. Tengo suerte; cada uno de ellos toma un camino diferente (norte, este y oeste). Si alguno opta por el sur me pasa por encima como un tren.
Foto 9. Molinos de los Javalíes.
No lo pienso, me doy la vuelta y desando el camino como alma que lleva el diablo no sin antes dar nombre al nuevo molino: Molino de los Jabalíes.
Foto 10. Cauce del Arroyo Caballón.
Sólo me quedan tres molinos por localizar: Acebuche, Tavago y Bacín. Estoy seguro que el Molino Acebuche puedo encontrarlo sin dificultad, los otros dos casi los doy por perdidos, pero eso será en un nuevo capítulo…

sábado, 18 de julio de 2009

Los molinos del Arroyo Caballón (1ª Parte)
El Arroyo Caballón nace un kilómetro al norte de la aldea de su mismo nombre, sita en término de Valverde del Camino, provincia de Huelva. A la Aldea Caballón, famosa por su buñuelos, se accede por un camino que se bifurca del kilómetro 16 de la carretera Niebla-Valverde del Camino. Para el GPS, podría valer con 37º28'55.51"N-6º42'50.55''O.

Foto 1. Aldea Caballón.

Hace ahora un año, "bicheando" en el plano 982, La Palma del Condado, Escala 1:50.000, elaborado en los talleres del Instituto Geográfico y Catastral en 1950, observé que en el Arroyo Caballón se emplazaban siete molinos de rivera, de los cuales cuatro, tenían nombre: Molinos Bacín, Tavago, Acebuche y Duende. En una edición de 1980 del Servicio Geográfico del Ejército, también escala 1:50.000, localicé el nombre de uno de esos tres molinos que me faltaban: Chapa.

Foto 2. Ermita de la Aldea Caballón.

Tras consultar como llegar a la Aldea Caballón y a su arroyo sin dar muchos rodeos (en el Google Earth y en el SIMPAC), decido, junto con mi hijo, localizar estos desconocidos molinos. Para ello, el sábado 18 de julio de 2009, a las 10:30 horas, me dirijo en coche hacia el destino elegido.

Foto 3. Supuesto molino Bacín.

Una vez en la Aldea, pregunto a un joven por el arroyo y los molinos. Me indica una zona dónde él piensa que se encuentra el primer molino (Bacín) y por dónde circula el tupido arroyo (regajo según él). Tras hacer las primeras fotos y observar que el arroyo, no sólo es intransitable (está lleno de zarzas), sino que los habitantes de Caballón lo tienen vallado e incluso sembrado (existen huertas a lo largo de su cauce), pregunto a tres paisanas ya mayores que charlan al frescor de sus viviendas.
Foto 4. En Caballón, el arroyo es intransitable.

Ellas me dicen que las ruinas fotografiadas no son de un molino. También me confirman la existencia, como mínimo, de cinco o más molinos, pero me desmoralizan al decir que el primero de ellos puede estar tapado por una pequeña presa que está a unos 200 metros al sur de la Aldea.
Foto 5. Presa y zarzal, ¿estará debajo el molino?

Agradecido busco la presa e intento inútilmente acceder al arroyo. Imposible pasar por tanta maleza.
Foto 6. El arroyo sigue siendo intransitable.

Lejos de abandonar, decido atacar al arroyo Caballón por el Sur. Con el coche me voy dirección a Niebla, y en el km. 12,5 me desvío por un camino hacia el Caserío Forestal del Pajarito (Tumbalejo).
Foto 7. Caserío Forestal del Pajarito.

Tras 2 kilómetros aproximadamente, llego a un puente que sortea el arroyo y en el que según los planos debe estar el Molino del Duende. Bajar del coche y recorrer unos metros, suficiente para encontrarme cara a cara con las ruínas del supuesto último molino del arroyo Caballón.
Foto 8. Molino del Duende.

De su estado semiruinoso, se aprecian las paredes de lo que sería la vivienda del molinero, el molino con forma redondeada e incrustado en una pared rocosa y el muro-presa por dónde le llegaba el agua a las piedras de moler.
Foto 9. Muro-Presa Molino del Duende.

Animado por el "descubrimiento" y con la seguridad de que a un kilómetro aproximadamente y siguiendo el arroyo dirección norte, me encontraría con otro molino, no tengo más que seguir el cauce seco y perfectamente transitable del Caballón.
Foto 10. Cauce seco del Arroyo Caballón.

Tras unos 15 minutos, algún enganchón y varias picaduras, diviso a lo lejos y a la derecha del aroyo, un murete de lajas hecho por la mano del hombre. Es el Molino de la Chapa.

Foto 11. Molino de la Chapa.

Este Molino está incrustado en una pared rocosa, al igual que el Molino del Duende, y también tiene forma redondeada. Se observa que su estado es ruinoso. A este molino apenas le queda nada de su construcción, sin embargo, conserva una de sus piedras y parte del canal de conducción de agua.
Foto 12. Molino del Duende.

El esfuerzo no ha sido en vano. Se abre una posibilidad real de llegar al resto de molinos que se esconden en este Arroyo. Sé que a dos o tres kilómetros del Molino del Duende está el Molino Acebuche, y entre ámbos, tres molinos más.
Foto 13. Piedra en Molino del Duende.

Volveré en breve, y si el cauce del Arroyo me lo permite, los restos de estos Molinos de Rivera verán la luz de mi cámara de fotos, hambrienta de daros a conocer la historia más oculta de nuestra provincia. Gracias a mi hijo por su abnegada compañía.

viernes, 10 de julio de 2009

Estación de Manantiales por Nicolás Chaparro

Nicolás Chaparro me manda estas interesantes fotos de maquetas realizas por él mismo de la Estación de Manantiales. Sita en el Km. 46'638, esta Estación fue su casa durante muchos años, de hecho nació en ella. En esta foto se aprecia el alzado de la fachada principal del andén y viviendas. A la derecha de la Escuela, se ven los servicios públcos de la Estación.

En esta foto, se aprecia la construcción en planta. Podemos ver toda la parte trasera de la Estación, dónde estaban las cocinas, los retretes y el horno. También se ven dos casetillas. La que aparece en negro, es la caseta para cerdos y la que aparece en color marrón, es una caseta construida en 1890 para el transformador eléctrico. La Empresa había proyectado electrificar el ferrocarril (posteriomente desistió ya que los alemanes atentarón contra el barco que transportaba todos los materiales). La proximidad de la Primera Guerra Mundial también ayudó para que la electrificación de la línea no se llegara a realizar.

Nicolás Chaparro.